El CEO de Microsoft, Steve Ballmer, presentó
oficialmente hoy Windows 8, el nuevo sistema operativo de la compañía, que
representa un cambio radical desde lo gráfico y el modo de uso en el
marco del mayor rediseño de la estrategia corporativa desde que Bill
Gates y Paul Allen fundaron la empresa en 1975.
El evento fue a lo grande: con una conferencia desde
Nueva York transmitida para todo el mundo, presentaciones de prensa y marketing
de diverso tamaño en las distintas ciudades. Entre los ejecutivos de la
compañía se notaba una alta dosis de ansiedad, expectativas elevadas y
algunos hasta llegaron a decir que estaban frente "al día más
importante de la historia de Microsoft".
La presentación de Windows 8 arrancó con los números
de Windows 7: 670 millones de licencias, el sistema "más exitoso" de
la histora.
Inmediatamente, Steven Sinofsky, responsable
del Windows 8, tomó la palabra y se refirió al nuevo sistema operativo:
"Queríamos reinventarlo y los invitamos a participar en el proceso".
"Hubo 16 millones de descargas de prueba", agregó.
Durante el evento, los directivos de la empresa
aprovecharon también para oficializar otros productos como Windows RT, Windows
Store y el Explorer 10. Además, mostraron de manera oficial el Surface,
la tableta Microsoft.
Microsoft hizo gala de los diseños de computadoras
específicos para Windows 8, algo así como una muestra del peso que tienen en el
mercado.
Mientras saca su propia tableta y compite con sus
socios, el gigante tecnológico también tuvo tiempo para promocionar los
productos creados específicamente para su nuevo sistema operativo.
"Van a transformar la experiencia actual en algo
nuevo", aseguró
Ballmer durante la presentación en Nueva York. Y agregó: "Con Windows 8
puedes hacer cualquier cosa, es perfecto para todos los aspectos de tu
vida".
Cerca del cierre, Ballmer agradeció a los presentes y
remarcó que se trata del "mejor Windows de la historia".
Acerca del Windows 8
Hablan de un "nuevo ecosistema" y
"una interface de usuario completamente nueva". Una parte
importante del núcleo de la apuesta está en la compatibilidad de los distintos
dispositivos: la Xbox –para Microsoft, ya un centro de entretenimiento más que
una consola de juegos-, los celulares con Windows Phone, la tablet Surface (el
primer y por ahora único "hardware" propio de la firma y que también
estará en venta desde mañana) y el nuevo sistema operativo. Y no sólo son
compatibles, sino que, además, son muy similares gráficamente y en el modo
de uso, recurren todos a la nube (skydrive), conservan características del
perfil de usuario, recurren a Windows Store. La experiencia de uso, arriesgan,
debe ser la misma tanto para el trabajo como para el relax.
Windows 8 cambia desde la pantalla de bloqueo:
ya no aparece solo el nombre del usuario, sino información primaria como la
hora y alguna aplicación, como el clima y/o las reuniones pendientes. El
desbloqueo puede hacerse con la clásica contraseña o marcando
"gestos" en la pantalla: todo el sistema está pensado para que
funcione con una computadora con mouse y teclado, pero lo cierto es que se
potencia con las pantallas táctiles.
El escritorio no desaparece del todo (queda como una
aplicación específica para correr, sobre todo, los programas de las versiones
anteriores de Windows y para usar como entorno de trabajo por la facilidad que
permite para abrir muchos documentos de distintos programas y pasar de uno a
otro), pero en lo central es reemplazado por una "pantalla de
inicio" en la que las aplicaciones se agrupan en "mosaicos
vivos", con una estructura modular personalizable que ya no se
recorre en sentido vertical sino de lado a lado. Para ver todas juntas (y
lo mismo dentro de cada grupo de aplicaciones), puede hacerse un "zoom
semántico" (más sencillo e intuitivo en las pantallas touch).
Los mosaicos pueden mostrar información básica de la
aplicación a la que llevan, incluso las de mails (que agrupa las direcciones de
correo que uno quiera) y la aplicación de "social", para las redes.
Es un sistema muy personalizado, tanto que prácticamente obliga a que si la
computadora, laptop o tablet es compartida, cada uno tenga su propio usuario
con la información de sus cuentas.
El menú de inicio desaparece incluso cuando se pasa a
la función escritorio. Las claves son los bordes (las esquinas, con
mouse, y los laterales, con pantallas táctiles), que es desde donde se
despliegan el nuevo menú cambiado y resumido o puede pasarse de una aplicación
a otra. Las aplicaciones pueden funcionar de a dos en simultáneo sobre
la misma pantalla (partida).
Las aplicaciones, además, están sumamente
integradas entre sí. Si uno teclea una palabra, se abre automáticamente el
buscador que, como primera opción, busca sobre lo que está abierto en pantalla,
pero que enseguida y de modo intuitivo permite ampliar la búsqueda a
documentos, imágenes, contactos, páginas de internet, noticias.
Para que toda esta apuesta tenga éxito es fundamental
que haya miles de aplicaciones disponibles que aprovechen los cambios. Y ahí
hay otra gran modificación: todos los desarrolladores de aplicaciones que no
sean gratuitas cobrarán el 70% de lo que se factura, en un modelo de negocios bastante
parecido al que desde hace años viene implementando Apple.
Un detalle no del todo cómodo con respecto a las
aplicaciones es que se comprarán por usuario: si una computadora es
usada por distintos miembros de la familia, para que cada uno pueda usar la
nueva aplicación en su perfil personalizado con sus cuentas y contactos deberán
pagar por la aplicación una vez por cada usuario. Aunque es cierto que así
funciona también en los sistemas operativos de la competencia, no deja de
ser un cambio con respecto a lo que pasa con los programas que uno compra hoy
para una PC o laptop con Windows ni que algunos dispositivos de la competencia
no tienen un nivel tan alto de personalización. A favor: el usuario que compra
una aplicación puede usarla en hasta cinco dispositivos con Windows 8,
mientras que hoy los programas, normalmente, son para una sola terminal. Como referencia,
el Windows Media Center –que no está entre las aplicaciones que vienen
incorporadas con el sistema- costará alrededor de 12 dólares.
El sistema estará disponible con las computadoras
nuevas y va a haber un kit de actualización pero que precisa de la
instalación previa del Windows 7, el XP o el Vista (no va a haber kit completo
de instalación); las licencias son únicas por dispositivo y van a
venderse en negocios de computación o a través de la web a alrededor de 15
dólares para máquinas recientes con Windows 7 y de 40 dólares para
dispositivos vendidos antes de junio o con XP. Los requerimientos mínimos para
instalarlo son: un procesador de un gigabyte de un núcleo, 512 megabytes de
memoria RAM, disco rígido de 16 gigabytes y pantalla con una definición de por
lo menos 1024 por 768 píxeles.